jueves, 19 de noviembre de 2009

NOTICIAS

EUROPA PRESS

Miércoles 11 de noviembre del 2009

LA ALTA COMISIONADA DE LA ONU INSTA AL CONSEJO DE SEGURIDAD A ADOPTAR EL INFORME GOLDSTONE


La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, instó al Consejo de Seguridad a que implemente las recomendaciones del informe Goldstone, que denuncia crímenes de guerra cometidos por Israel y la organización islamista Hamás durante la guerra en Gaza el diciembre pasado.

La alta comisionada adjunta, Kyung Hwa Kang, leyó la intervención de Pillay ante el Consejo después de que el órgano adoptara una resolución sobre la protección de civiles en los conflictos armados e instó a que se asegure de que los responsables serán procesados y de se integrarán garantías para proteger los Derechos Humanos de los más desfavorecidos.

"Hasta que no se tomen medidas significativas para poner fin a estas violaciones y reafirmar el carácter aplicable del derecho internacional, la paz y seguridad seguirán fuera del alcance de toda la gente de la región", señaló Kang quien agregó que lograr la protección de civiles en Sudán, Afganistán y República Democrática del Congo requerirá menos excepciones políticas. "Todos deben ser sujetos a un solo estandar", subrayó la representante de Navi Pillay.

El jurista sudafricano Richard Goldstone concluyó en su informe que tanto el Ejército hebreo como Hamás cometieron crímenes de guerra en Gaza y pidió que las partes investigaran los hechos en un plazo de seis meses. De no hacerlo, recomendó que el Consejo de Seguridad que remita al caso al fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI).

COMENTARIO

El conflicto acontecido en la zona fronteriza de la Franja de Gaza, suscitado entre el Estado de Israel y su vecino árabe, Palestina; después de la tregua finalizada en diciembre del 2008 entre Hamás (organización política y militar palestina) y el ejército israelí, se inició cuando Israel lanzó su primer ataque en la Franja de Gaza el 27 de diciembre del 2008 como represalia contra Hamás, por el lanzamiento de cohetes desde Gaza hacia centros de población civil israelí, mientras que las Fuerzas de Defensa de Israel continuaron con sus ataques sobre la Franja de Gaza.

Durante los combates en la Franja de Gaza de diciembre y enero pasados, dada una investigación realizada por la Organización de Naciones Unidas (ONU), se buscó exponer que tanto Israel como Hamás cometieron crímenes de guerra, que calificarían como crímenes contra la humanidad.

El informe expuesto por la ONU acusa a Israel de no haber tomado las precauciones necesarias para reducir al mínimo las pérdidas de vidas civiles, y asimismo, el gobierno impuso un bloqueo de los suministros equivalente a un castigo colectivo para la población de Gaza, al aislar y privar de recursos a los civiles. Así también, es importante considerar que el gobierno Palestino, es también responsable de la comisión de posibles crímenes de guerra y de posibles crímenes contra la humanidad por el lanzamiento de misiles contra civiles israelíes.

Las operaciones militares dirigidas por Israel al pueblo de Gaza en conjunto, constituyen crímenes contra la humanidad, al no tomar las precauciones necesarias requeridas por el derecho internacional para limitar las pérdidas de vidas humanas, las heridas ocasionadas a los civiles y los daños materiales; siendo asimismo que, la utilización de artillería altamente explosiva por el gobierno palestino, constituyen en tal sentido, violaciones a la ley humanitaria.

Estos crímenes contra la humanidad se configuran en violación del principio fundamental de la ley internacional humanitaria de distinción, al haber numerosas instancias de ataques deliberados contra civiles y objetivos civiles, resultando en un número elevado de muertos ocasionado por la dura violencia y el derramamiento de sangre en Gaza, así como por la violencia en el sur de Israel.


BBC Noticias

Jueves 12 de noviembre del 2009

CRUZ ROJA CRITICA CAMPAMENTOS DE DESPLAZADOS

Los campamentos generan dependencia, dice el CICR.

De las 26 millones de personas que en el mundo han sido desplazadas dentro de su propio país por guerras o por crisis, sólo el 15% se encuentra en campamentos establecidos y la mayoría, por tanto, no recibe asistencia humanitaria adecuada, advirtió el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

En un informe especial, el CICR dijo que los campamentos de refugiados se han convertido, en muchas ocasiones, en parte del problema.

Mucho del apoyo económico destinado a desplazados internos se gasta en esos sitios, pero la mayoría de las personas afectadas vive fuera de ellos, tratando de sobrevivir como pueden o en casas de familiares con pocos recursos.

El CICR -que provee refugio y servicios a unas 3,77 millones de personas desplazadas en el mundo- afirmó que el esquema de campamentos ha generando dependencia en muchas ocasiones, lo que ha llevado a muchas personas a permanecer durante años en un entorno que -se supone- es temporal.

Asimismo, los campamentos están suscitando recelos y pugnas entre desplazados y residentes locales que no son beneficiados por los servicios que se ofrecen en ellos.

CAMBIAR LA FORMA DE TRABAJO

El CICR instó a cambiar la forma en la que se trabaja con los desplazados. El organismo considera importante ayudarlos a retomar su vida normal y preservar su independencia. Este objetivo, dice el CICR, es más probable que se logre dentro de comunidades locales.

El organismo asiste a desplazados en 36 países, entre ellos Afganistán, Colombia, la República Democrática del Congo, Georgia, Pakistán y Sudán.

El dilema para los activistas humanitarios no sólo es cómo ayudar a las personas de forma adecuada, sino también cómo encontrar el momento correcto para retirarse.

COMENTARIO

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), está dispuesto a ayudar a los Estados a cumplir con sus obligaciones de derecho humanitario internacional con respecto a los desplazamientos, siendo que éstos, son un aspecto esencial de la prevención y la protección de la población vulnerable.

A menudo, el esfuerzo de prevenir en lo posible el desplazamiento ocupa un lugar destacado en las estrategias y las opciones operativas del CICR., siendo así que desde Darfur y la República Democrática del Congo hasta Pakistán y Filipinas, así como en otros muchos contextos, el CICR se esfuerza por prevenir los desplazamientos, mediante la prestación de una amplia gama de servicios a la población en zonas en riesgo.

Como contribución para evitar los desplazamientos, el CICR trata de promover la autosuficiencia en las comunidades vulnerables y, cuando es necesario, hace esfuerzos a fin de mejorar la capacidad de las comunidades para acoger a los desplazados internos, mediante el fortalecimiento de los mecanismos de subsistencia ya existentes en dichas comunidades, mediante diferentes acciones, como el proveer de suministros de alimento o el renovar el funcionamiento sistemas hídricos o contribuye mediante la prestación de servicios veterinarios.

Cuando tienen lugar los desplazamientos, el CICR trata de satisfacer las necesidades de la población desplazada y de las comunidades residentes que acogen a los desplazados internos. También atiende a las necesidades de los desplazados internos que regresan a su lugar de origen. Con frecuencia, las personas que no pueden huir, o que por otras razones deciden quedarse, tienen también urgentes necesidades humanitarias. El nivel de vulnerabilidad de una persona no puede y no debe medirse tomando como criterio su estatuto, por ejemplo, de desplazado interno.

En circunstancias excepcionales, el CICR ha prestado -y sigue prestando- asistencia de emergencia a los desplazados internos en los campamentos. Por ejemplo, el CICR dirigió el campamento de Gereida, en Darfur cuando las limitaciones de seguridad impedían que otras organizaciones humanitarias pudieran operar en la zona.

La asistencia debería estar vinculada a estrategias para una retirada satisfactoria y para facilitar el regreso, de tal manera que se potencie al máximo la capacidad de recuperación de las personas, no sin reconocer que la recuperación sólo puede tener lugar si se satisfacen las necesidades básicas. El gran desafío que supone la prevención también se aplica a la repetición del desplazamiento, tras el regreso de los desplazados internos a su lugar de origen, o su asentamiento local en la comunidad de acogida, o su reasentamiento en un nuevo lugar. Para el regreso, el asentamiento local o el reasentamiento, las condiciones han de garantizar la seguridad, y ese regreso, asentamiento local o reasentamiento se deben realizar de manera voluntaria y digna. Entre otras cosas, debe haber reconocimiento por parte de las autoridades del derecho a la propiedad, de prestaciones sociales y, en ciertos casos, de compensación económica. Supone, asimismo, exhortar a las autoridades competentes a que limpien el territorio contaminado con minas y residuos explosivos de guerra, a que renuncien a ulteriores usos de tales armas y a que establezcan programas educativos sobre los riesgos que entrañan las minas, a fin de que la población tome conciencia de su peligro.

Abordar el problema del desplazamiento interno en todos sus aspectos exige un enorme esfuerzo concertado, tanto a nivel estatal como a nivel internacional.